
Por más que tus velas rojas
ardan una tras otra
y tus gritos se tornen efímeros,
ponele más hielo a tu copa
y aunque sigas siendo el mismo,
tan sólo por un rato,
escuches a tu rey de copas
y a tu ancho de bastos.
Hoy el cielo no está de tu lado, no,
y sabés bien de lo que sos capáz.
Y aunque el silencio a veces sea tu verdugo,
y te aplaste con furia,
tenés la cabeza instala de traidores.
El miedo, por nombrarte uno conocido.
Y lo saben mis noches de amor
que no, que no va, que no dá...
¿eso dijiste? ¿estás arrepentida?.
La verdad cae de madura
sobre nuestras certeza, bebé
(lo sabés bien)
vivimos escondiendo realidades.
Lo demás no cuenta. Somos dos
que no se animan a ser uno.
Y veo que todo puede car más profundo
cielo celeste,
océano foribundo,
verde iris ausente,
negro horizonte disfuso.
Veo que estás presente
en el cielo, el mar, en el silencio más doloroso,
en las cosas que nos comprometen.
El tiempo este que nos toca
a pesar de todo
continúa victima del engaño.
Veo de repente la vela pestañar,
teñir aún mas el oscuro rojo de mis visiones.
Veo que la vela agoniza sin chistar
siento el pecho galopar
un triste tic tac tic tac.
Y pese a todo esto pienso
en la tarde serena con vos,
compartida con mis amigos,
pienso en el whisky que nos gusta
y nos junta cada nuevo amanecer.
Pienso en estar a la deriva
en este mar de nada, de nadie
que es la vida misma que transcurre.
Una historia de amor que se acaba,
otra premonicion que es deseo,
es sexo, desesperacion,
nada mejor que nuestra piel
para alimentar necesidades.
Negro con negro se hacen sombra
pero el sol se resiste
a resignar tibiezas.
Es un amor que puede ser el aura misma
o la noche que se viene.
Quién lo sabe?
Yo sólo sé de la tarde
cristalina de tus ojos.
Esos ojos que no saben que mienten
ojos voraces y serenos,
frios, tiesos, profundos y dolorosos.
Y cada día me recomendás,
con tu voz de muerte recién nacida,
sabia y milenaria...
"Aquellos errores
difíciles de remediar
es mejor no repetirlos.
No digo hoy, digo nunca.
Es muy duro, lo sé,
pero en la timba siempre se paga
y la dicha siempre se acaba.
Sólo debés estar despierto y lograr zafar"
Daniel Nemer / Juan Pablo Souto
Buenos Aires
07/06/94
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