En ocasiones
me derrivo ante mis torpezas.
Como un borracho
ante su botella.
Como un ciego
ante su primer haz de luz.
Voy variando el ritmo
dentro de un mismo camino.
Me convierto, a veces,
en mi peor enemigo.
En ocasiones
me harto de mis convicciones.
Me pierdo lo mejor de la vida,
dejo pasar en el viento mis alegrías.
Soy un infeliz
de realidades invertidas.
Suicido mis sonrisas
tan sólo por verlas destruídas.
Camino por la cornisa de la vida,
miro el vacío en silencio.
En ocasiones
escucho mis latidos.
En ocasiones
me siento vivo.
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