Tenía la mirada viviendo
en otro lado
desde hace rato.
Mi casa ya no es esta
y mi futuro no es con vos.
Trato de encerrarme
en mi propio calabozo,
me castigo
a propósito
para no verte.
A nadie le gusta la miseria,
no me pidas milagros.
Esta pena ya no alcanza
para seguirte viendo
conmigo.
Me critico, a veces,
pensando en que jamás
seré feliz.
Puede ser,
es cierto.
Lo que aprendí a tu lado,
en todos estos años,
es que jamás me encontraré
a salvo
si no me rescato de tanto
desconsuelo y espanto.
Somos, por dónde lo miremos,
la certeza del fracaso.
Hace rato.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario