
Quedaron solo copas vacías
naufragando entre las heridas.
Olor a sahumerio rosa china
y un jadeo aún latente.
Tu cara de amor orgullosa
de esos ojos que ni inventados.
Tus besos de que no se acabe
tu voz como eco penetrante
en el recuedo de esta noche.
Alguna mediodía de bajofondo
que aún me late en la cien.
Palabras dolorosas
que con besos se concilian.
Un vals que nadie baila
y un bandoneón que se estira.
Tiempos de amores y pasiones
que no se borran ni se olvidan
en el recuerdo de esta noche.
Brillan destellos en tus pupilas
perdidos de melancolía.
Poco a poco las almas se chocan
y de repente se incandilan.
Tus temblores entregados
dejan sonar una última y lejana tecla.
Mi sexo acalorado necesita
que dejes tu cuerpo grabado para siempre
en el recuerdo de esta noche.
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