
La realidad me arde en la mente.
La violencia innecesaria pasada de rosca,
la pobreza envuelta en llamas.
Mi amigo muriéndose en una ambulancia,
el hijo de mi amigo desierto frente al teléfono.
El corazón convertido en sala de espera.
Tal vez debería montar un teatro
para vivir tranquilo mi vida.
Tal vez no debería ser tan débil
y hacer algo para cambiarle la cara a la mierda.
Tal vez pegar gritos y escribir boludeces no alcance
para arreglar esta calle que día a día se quiebra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario