
Con tan sólo cinco buenos tangos
la pareja inseparable del tiempo
permaneció tatuada a mis sueños.
Bailar,
bailar por siempre.
Con tan sólo nombrarlos en mi mente,
aquellos tangos inciertos,
de indescifrables dueños,
pasearon como locos
fueron y vinieron.
Cantar,
cantar por siempre.
Con tan solo tocarlos
esos cortos y buenos tangos
sonaron en mi alma para siempre
y agendaron en mi mente
una noche... una marca indeleble.
Tocar,
tocar por siempre.
Tango.
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