Desde que la ví entrar a la oficina supe que era mía. No sé porqué. Son esas cosas que uno dá por descontadas.
Yo venía medio frustrado por los fracasos anteriores. Ya me había jurado mil veces cortarla con las minas, pero no puedo dejar de pensar en cojer. El boludo soy yo que después me enamoro. Así, entre promesas de este tipo fué que conoci a mi mujer y, posteriormente, a mi hijo. Ja, un loco prometiéndome cosas yo.
Como todos los babosos de la oficina, intenté caerle simpático a la compañerita nueva de movida. Belleza, ese es el único adjetivo que le cabe, y asi la llamaré de ahora en más.. Cada tanto la miraba de reojo para ver que onda, pero me rompía mucho las bolas que tooodos los giles pasaran avispeando por su escritorio mil veces por segundo. Una vergüenza. Decidí dejar pasar los días. Mi estrategia de conquista fue simple: cuando todos la harten vendrá conmigo. Pero no fué eso, para mi sorpresa, lo que mejor me salió.
La oficina es un mundo pequeño, un minimundo, donde todos los que entramos no sabemos cuando ni como vamos a salir de alli. Para el día del amigo, pasamos una lista para poner: nombre, mail y edad, y cada uno (al azar...) enviaría postales y esas boludeces que circulan en la net. La idea, claro, fue de Luján, la secretaria del jefe, mujer a la que todos odiamos y que es la más entusiasmada en días como estos. Como al descuido, procuré la dirección de mail de "Belleza" y la agregué a mi messenger. "Muy buena idea", me dije. Una hora después estábamos chateando y nadie en la oficina tenía ni idea de lo que pasaba entre nosotros. "Soy un genio !!!" me repetía cada vez que recibia sus mensajes. Aquella mujer me habia vuelto loco en dos días, y todavía no habia cruzado más que mínimas palabras como al descuido. Nos decíamos todo on line. Ja, parece mentira que a mi edad tenga que hacer estas cosas para levantarme una mina. Bah... uno hace cuaquier cosa para levantarse una mina, no?
Poco y nada me importaba su novio lindo, de automovil coupé, ella era una mujer que quería más de la vida. Emosiones. No más plata (para eso buscaría a otro sin dudas), pero si mas acción. Y, para ella, yo era la llave que abría la noche y su lujuria. Poco y nada me importaba mi esposa y, la verdad, se me pasó el cumple de mi hijo. Mucho laburo, estoy como loco, pero nadie me creyó.
Belleza y yo éramos los últimos en apagar la compu, comenzamos a bajar juntos en el ascensor y como que ya teníamos cierta confianza, logramos algo de complicidad entre nosotros. Yo la hacía reír, lo que no es poco hoy en día. Ella me hacía desesperar, como nunca antes en mi vida.
Las cosas sigueron así por un tiempo, cada día que pasaba era mas hermosa y mi pensamiento tenía sólo espacio para ella. Me volvía loco y ya nada me importaba en el mundo más que estar con ella. Los segundo juntos en el ascensor eran un paraíso en mi descolorido día. Necesitaba una oportunidad, una sola. Una vez por mes, recordé, tenemos balance en la oficina. Nos turnamos para hacerlo en duplas para no tardar tanto. Ya se me había ocurrido algo. Qué bien que ando, pensé. Muy despierto.
El desesperado dice: Che... y si nos anotamos para quedarnos el martes que hay balance?. Puedo traer algún "postre".
Belleza dice: "Postre?"
El desesperado dice: Si "postre" el que quieras, así la pasamos bien y no se nos hace tan aburrido, no?"
Belleza dice: Merca, a mi me gusta la merca.
Glup. Yo pensaba en algún champancito, nunca había tomado merca. Pero como ya dije antes, soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de cojerme a una mina. Ni hablar de "Belleza". Veintitres años tenía aquella escultura de Dios.
El desesperado dice: Ok, yo lo arreglo.
Belleza dice: Si no deja, traigo yo que tengo una línea que es riquísima.
Glup. Glup.
El deseperado dice: Mejor, por que la mía es más o menos ultimamente.
Belleza dice: Nooo, traigo yo. Ya vas a ver. El martes?
El desesperado dice: Siii, el martes yo arreglo todo con el jefe, vos dejá.
Belleza dice: Ok. Buenísimo. Yo arreglo todo con mi novio. Jajaja
El desesperado dice: Jajajaja
Obviamente ella no sabe nada de mi mujer y de mi hijo. Yo soy aquel divorciado superado que vive solo y espera gratas compañias. Conocer gente como vos. Por ahora tenemos que ir a un telo.
El martes llegó y yo no podía conmigo mismo desde el viernes a la tarde. Estuve echo un boludo todo el fin de semana y en algunos momentos pensé que mi mujer se daría cuenta. Estaba... enamorado?, embobado?, caliente? si estaba recaliente. Estaba endemoniado con la sola idea de poder echarle mano a ese bombón, a esa cosita hermosa. Iba manejando y me mordía los labios pensando en ella. La imagianaba en bolas conmigo, me hacía la paja en el baño de la casa de mi cuñada pensando en cómo me la iba a cojer, acababa pensando en su lengua rodeando mi glande. Era un adolescente. Hacía años que no me exitaba tanto solo.
Estuve todo el lunes y todo el martes, hasta que se fueron todos, echo una marmota en la oficina. No quería hablar mucho con ella porque sentía que se daba cuenta de lo loco que estaba. Aparte me la imaginaba a ella igual de exitada que yo. A mis cuarenta años, había perdido memoria de estas emosiones. Quería tocar su piel!
Poco a poco los muertos vivos fueron dejando sus escritorios y Belleza y yo eramos cada vez mas cómplices. Hoy habíamos chateado poco y nada, pero la exaltación me carcomía y todo era parte de este delirante juego.
A las siete y veinte, Belleza se para y encara mi escritorio. Hice fuerza para no despedir el corazón por la boca. Creo que se podían oir mis latidos a tres metros de mi silla. La vi venir desidida, cortando el ambiente a caderazos. Traté de no poner cara de boludo, de hacer como si nada.
-"Me tengo que ir che" -Me dice como clavandome un puñal vestida de ángel.
-"................"- La miré antes de morir. Sin entender nada. Cerré la boca disimuladamente, mascando chicle.
-"Me parece que se va a quedar Gutiérrez, creo. Pero la hacemos otro día, dale?"-
-"................. Si! , si dale, dale no hay problema" Le dije tratando de no caer justo allí humillantemente rendido de dolor.
Pasé la noche tomando mate con Gutiérrez, escuchando sus anécdotas de cuando el Correo Central era el Correo Central. Hablamos (habló) de cuando teníamos ferrrocarriles, sindicatos y dignidad. La noche fué eterna, ni sé cuantos días duró. Estaba abatido. Era un bicho rancio, indeseable. Imaginaba a Belleza de joda con su novio yuppie, tomándose la merca en algun bar, enfiestada. Como loca.
Che Gutiérrez, y si le cambiamos un poco la yerba a esto?. Vamos medio lento no?
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