SE FUERON DERRITIENDO SUS AIRES DE VAMPIRESA AL LLEGAR LOS PRIMEROS SOLES A SU ROSTRO. SE FUERON APAGANDO LOS FAROLES DE LA CALLE Y A LO LEJOS SE ESCUCHABA EL DIARIERO QUE A PURA GARGANTA INSISTIA CON "CAPITAL! CLARIN! DIARIO!". POCO A POCO SE PODIAN PERCIBIR LOS LATIDOS DE LA CIUDAD.
MAR DEL PLATA. VERANO.
EL MAR QUE AHORA BRILLABA CON LUZ CASI ENCEGUESEDORA LE SERVIA DE TESTIGO UNICO DE ESTE MOMENTO IRREPETIBLE. LAS ROPAS TODAVIA SE AGARRABAN AL OLOR A PUCHO DEL BAR, COMO QUIEN NO QUIERE PERDER ALGO MUY QUERIDO.
DESDE ACA LE PODIA OLER LA RESPIRACION. TRANQUILA ELLA. EN PAZ.
PABLO LA MIRO CON TERNURA, NUNCA HUBO TANTO SILENCIO COMO AHORA. ERA LINDA. LA AMABA.
LA VEIA DORMIDA EN SUS BRAZOS Y, FUE RECIEN ALLI, EN MEDIO DE LA PLAYA AMANECIDA, ENTREGADO DE LLENO AL DIA QUE LE SIGUE A LA NOCHE, QUE APARECIO REALMENTE SU BELLEZA DE ENSUEÑO.
NADA SE COMPARABA A ESTE INTIMO INSTANTE DE GOZO. NADA ANTES. NADA DESPUES.
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